martes, mayo 11, 2010

Serenatas dulces



Suecos, oh suecos y sus maravillas.

P A S A D O


De repente las palabras huyen o quizás sea el cerebro el que quiere seguir en automático. En un eterno replay de todas las malas...¿malas? experiencias. Esos recuerdos que uno pretende no tomar en cuenta, como esas ocasiones en las que la mamá lo sentencia a uno augurando un 'te lo dije', de esos que ellas aclaman nunca querer decir.

Esas tardes, repletas de un infinito listado de cuestionamientos al aire, entintados con drama, al estilo de parejas adolescentes de hollywood de magazines, en donde es fácil asegurar y sacar conjeturas sobre hechos que están en el aire, de esos que ni siquiera se atrevan a pisar el suelo de la realidad.

Esas y otras tonterías...son eso, tonterías.

Lo interesante es saber ¿por qué pasa? ¿por qué esa necesidad del drama? ¿autosabotaje?

No, me niego a caer en eso, en juegos mentales, en escudriñamientos de sensaciones que ya pasaron, ¡ ¡ ¡ P A S A R O N ! ! !

Creo que así es como debe de ser cada que se inicia un nuevo episodio, en este divertido juego al que llamamos vida, sin duda, uno aprende de el pasado, y podremos mejorar en 'n' cantidades de situaciones repetitivas; pero no es válido estar repitiendo una y otra vez lo que ya pasó, amigos...eso, ya pasó.