Aquí estoy recapitulando el inicio de, en ese cuarto que se dice mío; pero que de mío no tiene nada, entre esas almohadas y la luz del televisor reflejada en tu rostro.
Aún puedo sentir como por primera vez pasabas tu mano por mi espalda y la manera en como nuestra respiración se entrecortaba, en lo mucho que deseaba que te siguieras acercando y me besaras, así fue como quedó el primer beso, con tu iniciativa y mi seguimiento, no cabe duda que siempre hemos logrado trabajar bien en equipo.
Recuerdo el inicio, toda esa energía y optimismo, esa sensación de ser casi como un súper héroe y ver y sentir que nada podría contra nosotros, contra ese recuerdo del cuarto y del reflejo del televisor.
Aquí estoy.
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